
Ishi-jo portando naginata. Por Kuniyoshi Utagawa
Durante mucho tiempo pensé que no existieron mujeres guerreras en el Japón tradicional. La verdad es que tampoco me había puesto a leer ni investigar acerca de esto y para mi sorpresa sí existieron. También es algo bastante lógico, durante la guerra es necesario tener la capacidad de defenderte no solo a ti misma, si no tus tierras, tu familia, tus animales…
Onna-bugeisha es el sustantivo que definía a la mujer guerrera. Generalmente, éstas pertenecían a la clase alta japonesa. Muchas esposas, viudas, hijas y rebeldes sintieron la responsabilidad de participar en la batalla, habitualmente junto a los hombres samurái. Pertenecían a la clase bushi (samurái) en el Japón feudal y fueron entrenadas en el uso de las armas para proteger su hogar, su familia y su honor en tiempos de guerra. También representaban una divergencia de la tradicional función ‘ama de casa’ de la mujer japonesa.
Algunas de las guerreras más famosas fueron la Emperatriz Jingu, Tomoe Gozen, Nakano Takeko, y Hōjō Masako.
Historia temprana
Largo tiempo antes de que emergiera la renombrada clase samurái, los luchadores japoneses entrenaron muy duro para conseguir el dominio de la espada y la lanza. Las mujeres aprendieron a utilizar la naginata, el kaiken y el arte del tantojotsu en la batalla. De esta manera y tal y como hicieron los vikingos también, había mujeres preparadas en lugares en los que no había hombres dispuestos a combatir. Por ejemplo, si todos los hombres capacitados marchaban a la guerra y su ciudad quedaba desprotegida en ese sentido, debían estar las mujeres preparadas para ser capaces de defender a los mayores, niños, sus tierras y sus propias vidas. Una de estas mujeres, que más tarde sería conocida como la Emperatriz Jingu (c.169-269 dC), utilizó sus habilidades para inspirar el cambio económico y social. Ella fue reconocida legendariamente como la onna-bugeisha que dirigió la invasión de Corea en el año 200 dC después de que su marido, el Emperador Chūai, decimocuarto emperador de Japón, pereciera en la batalla.

La Emperatriz consorte Jingu llega a Corea. Pintura de 1880.
Según la leyenda, ella consiguió que Japón conquistara Corea sin derramar una sola gota de sangre. Al margen de las controversias que existen sobre su existencia y sus logros, ella fue todo un ejemplo como onna-bugeisha. Años después de su muerte, Jingu trascendió las estructuras socioeconómicas japonesas. En 1881, la emperatriz Jingu se convirtió en la primera mujer que aparecería en un billete de banco japonés.
Periodo Kamakura

Tomoe Gozen
La Guerra Genpei (1180-1185) se dio entre los Taira y Minamoto; éstos fueron dos clanes japoneses muy importantes y poderosos durante el período tardío Heian. Durante este tiempo se escribió Heike Monogatari (poema épico clásico de la literatura japonesa) y en él se recogieron numerosas historias sobre valientes samuráis. Entre estos figura Tomoe Gozen, la esposa de Minamoto Yoshinaka perteneciente al clan Minamoto. Ella ayudó a su marido a defenderse contra las fuerzas de su primo, Minamoto no Yoritomo. Durante la batalla de Awazu, el 21 de febrero de 1184, ella montó hacia las fuerzas enemigas y se abalanzó sobre su guerrero más fuerte, al cual decapitó. En el cuento de Heike, ella fue descrita como «especialmente hermosa, con la piel blanca, el cabello largo y unas características encantadoras». También fue descrita como una notable arquera y como espadera era una guerrera digna de un millar, lista para enfrentarse a un demonio o a un dios, montado o a pie. También montaba a caballo con excelente habilidad. Siempre que una batalla era inminente, Yoshinaka la enviaba como su primer capitán, equipada con una fuerte armadura y una espada de gran tamaño, así como con un poderoso arco. En batalla, ella realizaba más actos de valor que cualquiera de sus otros guerreros.
A pesar de que no está demostrado que sea una figura histórica, Tomoe Gozen ha sido una importante influencia en la clase guerrera, incluso en muchas escuelas de Naginata. Sus hazañas heroicas fueron representadas también con mucha atención en obras de arte, como Tomoe no Monogatari y en diversas pinturas ukiyo-e. A medida que fue pasando el tiempo, la influencia de la onna-bugeisha evolucionó desde la pintura hacia la política.
Pronto se establecería el shogunato Kamakura (1185-1333), bajo el gobierno de Minamoto no Yoritomo. Tras su muerte, su esposa, Hōjō Masako, actuaría durante los primeros años de regencia Hojo y se convertiría en la primera onna-bugeisha regente, teniendo un papel muy importante en la política. Masako se convirtió en monja budista (era el típico destino para las viudas samurái), pasando a ser conocida como «General en hábito de monja». Ella intimidó a la clase samurái apoyando a su hijo, Minamoto no Yoriie, como el primer Hōjō Shikken (regente) en Kamakura.
Gracias al esfuerzo de Masako, las leyes que regían la corte del Shogun durante el siglo XIII permitió a las mujeres la igualdad de derechos de herencia. A pesar de que la función primordial de la mujer en el antiguo Japón siguió siendo el apoyo a su familia y sus esposos, adquirieron un estatus más alto en el hogar. Estas leyes también permitió a las mujeres japonesas controlar las finanzas, legar bienes, mantener sus hogares, administrar servidores, y criar a sus hijos con una adecuada y leal educación samurai. También fue importante el hecho de que las mujeres japonesas pudieran defender sus hogares en tiempos de guerra.
Periodo Edo y posterior
Debido a la influencia de la filosofía neo-confuciana y el mercado matrimonial que se estableció en el Período Edo (1600-1868), el estatus de la onna-bugeisha disminuyó significativamente. Su función cambió, al igual que la de sus maridos. Los samurái ya no se dedicarían a las batallas y a la guerra, sino que ejercerían un papel de burócratas . Las mujeres, en concreto las hijas de la mayoría de hogares de clase alta, no tardaron en ser utilizadas para lograr éxito y poder. Los ideales de devoción sin miedo y abnegación fueron reemplazados gradualmente por tranquilidad, pasividad y obediencia.
Desplazarse o viajar durante el Período Edo fue muy difícil para las onna-bugeisha, puesto que se establecieron restricciones muy fuertes que las obligaban a ir acompañadas de un hombre, pues se les prohibía viajar solas. además, debían poseer permisos específicos en los cuales debían especificar los motivos de sus desplazamientos. Por lo visto, las mujeres samurái recibieron mucho acoso por parte de los funcionarios que trabajaban en los puestos de control.
A principios de siglo XVII hubo un cambio significativo en la aceptación social de las mujeres en Japón. Las onna-bugeisha eran vistas simplemente como portadoras de hijos: el concepto de que una mujer fuera compañera para la guerra ya no era concebible. La relación entre el marido y la mujer venía a ser prácticamente una relación señor-vasallo. De hecho, ya no dormían juntos y sólo se relacionaban simplemente para mantener relaciones sexuales, tras lo que el marido se retiraba a su habitación. El auto-sacrificio, la auto-renuncia y la solidaridad de una esposa por el bien de su marido fue un imperativo de calidad que la mujer japonesa debía poseer hasta los albores del siglo XX.

Nakano Takeko
En el 1868 durante la Batalla de Aizu, Nakano Takeko, miembro del Clan Aizu, fue reclutada para convertirse en líder de un cuerpo femenino que luchó contra la embestida de 20.000 soldados del Ejército Imperial de Japón. Con un gran dominio de la naginata, Takeko y su unidad formada por aproximadamente 20 mujeres, se unió a otros 3000 samurai Aizu en la batalla. En el templo Hokai en Aizu Bangemachi, provincia de Fukushima, existe un monumento erigido en su honor.
Armas
En contraste con la katana, que fue utilizada universalmente por sus homólogos masculinos, el arma que más utilizaron las mujeres fue la naginata. La naginata es un arma de asta larga compuesta por una hoja curva al final de la misma (es similar a una alabarda). Gracias a su longitud, es posible compensar la fuerza y el tamaño corporal, ofreciéndoles una gran ventaja frente a oponentes masculinos, permitiéndoles así mantener mejor y mayor distancia. La naginata se encontraría entre la katana y el yari, siendo también bastante eficaz cuerpo a cuerpo (manteniendo distancia) y también era relativamente eficiente contra la caballería. Debido a su uso por parte de muchas onna-bugeisha legendarias, la naginata se convirtió en un símbolo de la mujer guerrera. Durante el periodo Edo, muchas escuelas se centraron en el uso de la naginata y su imagen se fue asociando a la mujer. Además de la naginata, las onna-bugeisha utilizaron arcos y flechas, pues la distancia también ofrecía ventajas frente a la fuerza física masculina.
Y esto ha sido un poco la historia y el desarrollo del concepto de mujer y de mujer guerrera en el Japón antiguo. Evidentemente son solo unas pinceladas, pero me parece interesante que esto se conozca a nivel general, pues seguramente muchas otras personas, al igual que yo, no supieran mucho. Existe mucha más bibliografía por internet y, si se buscan los nombres que hemos citado, se puede encontrar más información.
Fuente: Wikipedia
Buen aporte. Nos hacen mas fuertes.😃
¡Gracias! :)
Estupendo resumen!!!
Muchas gracias, Basti :)
Buenos días, para quien pueda estar interesada/o aquí os dejo la página de la única escuela japonesa en España que está especializada en el uso de la naginata. https://www.facebook.com/Spain-Ryôen-Ryû-naginatajutsu-294811474063005/?ref=bookmarks
También para quien pueda interesarle, aquí os dejo una demostración de la escuela mencionada en el santuario Yasukuni Jinja de Tôkyô: https://www.youtube.com/watch?v=szttdX8m4Qg La escuela no exige ningún nivel previo en ningún arte marcial, y las inscripciones están abiertas todo el año, también se realizan cursos formativos en otras provincias fuera de Madrid.